Soy Ana, Ani para mis amig@s y casi todo mi entorno, así que Ani también
para tod@s vosotr@s.

Cuando cumplí 28 años hice una lista de qué hacer antes de los 30. En
esa lista, para qué mentiros, había y hay muchas cosas (retos personales,
crecimiento profesional…), y entre esas muchas cosas… ¡Viajes, viajes y
más viajes! 

 

Que ¿con quién viajo? con Pablo, mi compañero de viajes y de vida. Mi marido, el que llena de imágenes nuestras aventuras, y por consiguiente este blog. Quien da luz a mis días y me inspira en cada palabra que aquí escribo.

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Y ahora que podéis ponernos nombre, me gustaría sincerarme, y por tanto, contaros que ni Pablo ni yo podemos quejarnos de no viajar, pues aprovechamos siempre cualquier fin de semana o puente para escaparnos. Sin embargo, cuando la fecha de los 30 se acerca, te empieza, o al menos a mí, a recorrer ese run run de responsabilidades, ese silencio incómodo tras la pregunta ¿Y los hijos para cuándo? Que después de casarnos, como os podéis imaginar nos la hacen muy a menudo.

No sé cuándo contestaré un YA en mayúsculas a esa pregunta. De lo que estoy convencida es que ahora mismo el cuerpo me pide ver mundo, ver nuevos horizontes y llenarme de otras formas de comprender, de ser, de vivir. Pues
como diría yo misma, "El mundo es magia". Magia es ver un atardecer en África, es dormir escuchando cada sonido de cada animal de la sabana, magia es aprender costumbres de cada rincón que recorres, magia es
retroceder en el tiempo, pues cada lugar tiene su historia,… y así podríamos seguir sin fin. Y si esa magia la compartes con alguien que quieres… que en mi caso es mi pareja, el mundo es, si cabe, aún más
maravilloso.

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Pablo es mucho más perezoso que yo para organizar un viaje, probablemente si yo no lo hiciera apenas viajaríamos. Sin embargo, siempre que pisa una nueva ciudad, un nuevo país o un nuevo continente me dice "Gracias mi nube". Disfruta como un enano cada rincón, cada viaje, olvidando preocupaciones y centrándose únicamente en descubrir juntos. Fotografía cada lugar, tiene una mirada especial que hace que nuestras fotos transmitan la belleza de ese lugar. Lo sé, sé lo que estáis pensando "Una foto jamás superará la sensación de estar allí", y la verdad lleváis
razón, pero dentro de que esto es verdad, la belleza de las fotos de Pablo también lo es.

Y así, conmigo como alma aventurera, como persona activa y algo friki de los viajes y las rutas, prefiero mil veces pasarme una tarde leyendo blogs y organizando rutas para hacer en algún futuro, en lugar de ver la tele o
cualquier otra actividad banal, y Pablo como compañero de viaje que disfruta de mi organización, de cada paisaje, de cada nuevo momento que vivimos, y como fotógrafo de lujo, sin serlo, hemos creado este blog.

¿Preparados para vivir con nosotros la magia de viajar?

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